Mi SEAT 850, siempre en familia
Fue el primer vehículo en el que yo me subí, y en él hicimos todos los viajes mi familia: mis dos hermanos, mis padres y yo. Este coche durante un largo tiempo fue el utilitario de nuestra familia, hasta que hace 17 años pues se decidió dejarlo parado. Los tiempos cambiaron y llegaron otros vehículos. Durante esos 17 años que permaneció parado, nació mi hijo, que cuando ya empieza a ser un poco mayor, cada vez que veía el vehículo en la cochera de mi padre lo quería para él.
Hace unos 3 años, en 2018, a raíz de la insistencia de mi hijo y ver la ilusión que le hacía, decidí hablar con mi padre y mis hermanos para decirles que yo lo iba a restaurar, pero que no se lo dijeran a mi hijo ya que le quería dar la sorpresa. En abril de 2019 me lo llevé a otro garaje “a escondidas de mi hijo” donde comencé la restauración completa, tornillo a tornillo, ya que mi deseo era poder regalárselo el 13 de agosto de 2019, cuando el cumplía sus 18 años. El día de su cumpleaños lo llevamos a la nave donde teníamos el coche tapado para darle la gran sorpresa, puesto que él pensaba que el coche seguía parado y sin restaurar. Él lo ha cuidado y disfrutado lo que ha podido pudo desde ese día.
Desgraciadamente, por la pandemia el coche volvió a estar más de un año parado, pero recientemente contactaron conmigo para la feria Retro Málaga pidiéndome que llevara el vehículo para celebrar el 55 aniversario del modelo. Allí lo hemos tenido expuesto encantados.
Esta es la historia de un coche familiar, que se ha convertido en un regalo para mi hijo y que la verdad es que estamos disfrutando todos. Además, durante el proceso de restauración, en mi búsqueda de materiales, me encontré con que la Lotería Nacional había sacado una serie de décimos conmemorativos sobre vehículos históricos, por lo que, ya puestos, decidí encargar uno del Seat 850. Cuando me llegó, para mi sorpresa vi que el día del sorteo era… ¡el 13 de agosto, el día del cumpleaños de mi hijo! No deja de ser una anécdota, pero dada la tremenda casualidad, decidí plastificar el décimo y llevarlo en el coche como guinda para la historia.
Juan Jesús Sánchez